Si eres una persona religiosa o estás interesado en conocer más sobre la religión, probablemente has escuchado la frase “yo te escogí” muchas veces. Este verso de la Biblia ha sido citado y utilizado en diferentes contextos, pero ¿qué significa realmente?
El verso se encuentra en Isaías 41:9 y dice: “Yo te escogí, y no te rechacé; yo te dije: ‘Tú eres mi siervo’“. En este pasaje, Dios se dirige al pueblo de Israel y les recuerda que él los ha elegido y los ha llamado a ser su pueblo.
Pero, ¿por qué Dios escogió a Israel? La respuesta se encuentra en el Antiguo Testamento, específicamente en Génesis 12:1-3. En este pasaje, Dios se acerca a Abram y le dice: “Sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré. Yo haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y a los que te maldigan, los maldeciré. Por medio de ti, serán bendecidas todas las familias de la tierra“.
Este es el inicio de la historia de la revelación de Dios al pueblo judío. A través de esta promesa, Dios establece una relación especial con Abram y anuncia que por medio de él será creada una gran nación. La elección de Israel como el pueblo de Dios es el cumplimiento de esta promesa.
Pero, no solo se trata de la elección de una nación. Dios también ha escogido a cada uno de nosotros de manera individual. En Efesios 1:4-5 leemos: “En él [Jesús] Dios nos escogió antes de la creación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad“.
Este versículo nos muestra que la elección de Dios no es limitada solo al pueblo de Israel, sino que se extiende a todas las personas. Dios nos conoce desde antes de la creación del mundo y nos ha escogido para ser parte de su familia.
Esta elección no es por nuestras obras o méritos, sino por la gracia divina. Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte“.
Por lo tanto, no hay nadie que sea excluido de esta elección. Dios ha escogido a todos y cada uno de nosotros, y nos llama a ser parte de su pueblo y a tener una relación con él. Esto es algo que debemos recordar siempre, especialmente en momentos de dificultad o de incertidumbre.
Dios nos dice en Isaías 41:10: “No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha“.
Esta promesa es para todos aquellos que han sido escogidos por Dios. Él está con nosotros en todo momento, y nos da la fortaleza y ayuda que necesitamos para enfrentar cualquier situación.
Como resultado, la frase “yo te escogí” tiene una gran importancia en la religión. Se refiere a la elección de Dios del pueblo de Israel como su nación especial, así como la elección individual de cada uno de nosotros para ser parte de su familia. Esta elección no se basa en nuestras obras, sino en la gracia divina. Debemos recordar siempre esta promesa de Dios y confiar en que él está con nosotros en todo momento.
¿En qué parte de la Biblia Jesús dice te escogí?
En muchas ocasiones los cristianos se preguntan cómo tener una vida fructífera y agradar a Dios. En Juan 15 encontramos una respuesta contundente. En este capítulo de la Biblia, Jesús habla de sí mismo como la vid verdadera y de Dios como el jardinero.
En este pasaje, podemos encontrar una gran cantidad de enseñanzas que, si las seguimos, nos llevarán a tener una vida plena en Dios. Es aquí donde se profundiza en cómo ser sus discípulos y seguirle de verdad.
Así mismo, en Juan 15, encontramos la respuesta a una pregunta que muchos nos hacemos: ¿En qué parte de la Biblia Jesús dice te escogí?
¡La respuesta está aquí!
En Juan 15:16, Jesús dice: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os designé para que vayáis y deis frutos, y que vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo conceda”.
Esta es una de las respuestas más claras y contundentes a la pregunta de quién nos escoge, y cuál es el propósito por el cual lo hace.
Como seguidores de Jesucristo, es importante recordar que Él nos ha escogido y nos ha llamado a dar fruto. ¡No hay nada más importante que nuestra unión con Él!
En Juan 15, Jesús deja muy claro que no podemos dar fruto verdadero si no permanecemos en Él. Y es que, sin Él, no podemos hacer nada. Por eso, es fundamental tener una relación profunda y auténtica con Cristo.
La relación que debemos tener con Jesús no es solo algo externo o superficial. Es un compromiso total, un amor verdadero. De hecho, Jesús nos llama amigos, no siervos. Esto significa que Él quiere tener con nosotros una relación cercana y amistosa.
Jesús nos dice que Él es la vid verdadera y que nosotros somos las ramas. Las ramas dependen completamente de la vid para poder dar frutos. De igual manera, nosotros debemos depender completamente de Jesús para poder dar frutos dignos de nuestro llamado.
Permanecer en Cristo significa escuchar su palabra y observar sus mandamientos. Esto no es algo opcional, sino esencial. Jesús dice que si sus palabras permanecen en nosotros, todo lo que pidamos se nos concederá.
No solo eso, sino que también nos dice que cuando demos fruto, glorificamos a Dios. Él quiere que demos frutos abundantes, y para ello tenemos que permanecer en Él.
En Juan 15, podemos encontrar muchas más enseñanzas de gran valor para nuestra vida como discípulos de Jesús. Él nos revela que el mundo odiará a sus seguidores, pero que eso no debe desanimarnos, ya que Él nos ha escogido y nos ha llamado a dar frutos duraderos.
Además, nos anima a amarnos los unos a los otros, y a dar testimonio de su amor y su mensaje de salvación.
En resumen, en Juan 15 encontramos la respuesta a la pregunta que muchos nos hacemos: ¿En qué parte de la Biblia Jesús dice te escogí? La respuesta es contundente y clara: en Juan 15:16, donde nos enseña que Él nos ha elegido y nos ha llamado a dar frutos duraderos.
Como discípulos de Jesús, nuestra tarea es permanecer en Él, escuchar su palabra y obedecer sus mandamientos para poder dar frutos dignos de su llamado.
Parafraseando a Jesús en Juan 15, podemos decir: “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi Padre, os lo he dado a conocer”.
Es así que, como amigos de Jesús, debemos cumplir su mandato de amarnos unos a otros y demostrar al mundo que somos sus discípulos por nuestra forma de vivir y amar.
Que el Espíritu Santo nos guíe en esta tarea de permanecer en Él y dar frutos dignos de su llamado. ¡Que seamos verdaderos discípulos de Jesús!
¿Qué dice en Proverbios 3 5?
Proverbios 3:5 es uno de los versículos más conocidos de la Biblia. En él se nos dice: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. Esto significa que en lugar de confiar en nuestra propia sabiduría y a veces terca forma de hacer las cosas, debemos depender de Dios para guiarnos en nuestros caminos.
El versículo continúa: “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Aquí es donde la fe entra en juego. Si confiamos en Dios y Le permitimos guiar nuestros pasos, Él nos mostrará el camino correcto y nos llevará por el camino de la justicia.
Este versículo es un recordatorio de que no debemos depender únicamente de nuestro conocimiento o capacidad para resolver problemas o tomar decisiones importantes en la vida. En cambio, debemos buscar la sabiduría de Dios y pedirle que nos guíe en nuestro camino.
El libro de los Proverbios contiene muchos otros consejos sabios y útiles. Por ejemplo, más adelante en el capítulo 3, en los versículos 9 y 10, se nos dice:
- “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos”
- “Y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”.
Esto significa que si le damos a Dios lo que Le pertenece, Él cuidará de nosotros y nos bendecirá con abundancia.
Si bien estos consejos se centran en la idea de la dependencia de Dios y la obediencia a Sus leyes, también se les da importancia a otras cosas en la vida.
Por ejemplo, en el versículo 13 se nos dice: “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino”.
Es decir, la sabiduría y la comprensión son más valiosas que cualquier riqueza material. Por lo tanto, el énfasis está en buscar la sabiduría y el entendimiento en lugar de perseguir la riqueza a toda costa.
Además, en el versículo 27, se nos da un consejo importante: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo”.
Esto significa que debemos hacer todo lo posible por ayudar a los demás y hacer el bien en el mundo, sin tener en cuenta cuán grande o pequeña sea nuestra capacidad para influir en la vida de los demás.
Dicho esto, el libro de los Proverbios nos recuerda la importancia de depender de Dios y de buscar Su sabiduría en nuestras vidas. También nos enseña a hacer el bien a los demás y a ponerlas en práctica en nuestras vidas.
¿Qué dice la Biblia acerca de sus elegidos?
La elección es un concepto que se menciona varias veces en la Biblia. A menudo, se habla de la elección de Dios de un pueblo específico para cumplir un propósito determinado. En el Antiguo Testamento, Israel es presentado como el pueblo elegido de Dios. Pero, ¿qué dice exactamente la Biblia acerca de sus elegidos?
La frase “la nación escogida de Dios” se menciona varias veces en la Biblia hebrea. Se refiere a la elección de Dios de Israel como su pueblo especial. Se puede encontrar en Deuteronomio 7:6, donde se dice: “Porque tú eres un pueblo santo para el Señor tu Dios. El Señor tu Dios te ha escogido para ser su pueblo, su tesoro especial de entre todas las naciones que hay sobre la tierra”.
Es importante destacar que la elección de Israel no fue para la salvación, sino para cumplir un propósito específico. Según la Biblia, Dios eligió a Abraham y su familia para bendecir a todas las familias de la tierra. De hecho, este propósito se confirma en Génesis 12:3, donde Dios le dice a Abraham: “En ti serán benditas todas las familias de la tierra”.
La elección de Israel se llevó a cabo para que ellos actuaran como “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:6). Dios eligió a Israel para ser su posesión especial, lo que significa que debían actuar como una luz para las naciones que los rodeaban.
La elección de Israel no significa que Dios se olvidara de las otras naciones. De hecho, la Biblia muestra que Dios es inclusivo en su elección. Dios tiene un plan de amar a todo el mundo a través de un grupo o individuo. Jesús es ese individuo. Él es el elegido por Dios para revelar al mundo quién es Yahveh.
Jesús no restringe su amor a una nación específica. En el Nuevo Testamento, se muestra que su amor y su obra de salvación se dirigen a toda la humanidad. Jesús extiende su amor a todas las naciones, incluidos los gentiles, los no judíos.
En la actualidad, algunos se hacen llamar “la nación escogida de Dios”. Esto puede ser problemático, ya que puede sugerir que un grupo en particular es superior a los demás. Sin embargo, los cristianos creen que cualquier persona puede convertirse en parte del pueblo de Dios y recibir las bendiciones que Él ha prometido. El Nuevo Testamento cuenta varias historias de cómo Jesús y sus seguidores invitan a todas las personas a seguir a Dios.
De hecho, Pedro, en su carta a los seguidores de Jesús, utiliza el lenguaje de la nación elegida para referirse a ellos. Pedro les dice: “Pero ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa” (1 Pedro 2:9).
Hablar de elección como “una raza elegida” no significa que los cristianos piensan que son superiores a los demás. En cambio, significa que Dios los ha elegido para servirlo y para ser un testimonio vivo de su amor y gracia. Cualquiera puede llegar a ser parte del pueblo de Dios a través de la fe y el arrepentimiento.
En resumen, la “nación escogida de Dios” se refiere a Israel en el Antiguo Testamento. Dios eligió a Israel para ser su pueblo especial y actuar como un reino de sacerdotes. Sin embargo, la elección de Israel no significa que Dios se haya olvidado de las otras naciones. En el Nuevo Testamento, Jesús extiende su amor y su obra de salvación a todas las naciones. Los cristianos creen que cualquiera puede llegar a ser parte del pueblo de Dios a través de la fe y el arrepentimiento.
En última instancia, la elección de Dios no se trata de excluir a ciertas personas o grupos, sino de incluir a cualquiera que quiera aceptar su amor y seguir su camino. Dios llama a todas las personas y todas las naciones a venir a Él. Esta es la buena noticia que se encuentra en la Biblia y que los cristianos desean compartir con todas las personas.
¿Qué dice en Isaías 41 13?
La biblia es un libro que para muchos significa dirección, luz y guía. También es un libro lleno de misterios y verdades que, aunque para unos no son más que simples letras, para otros son la verdad absoluta. Uno de los pasajes más conocidos en la biblia es el que se encuentra en Isaías 41:13-14.
En este pasaje, Dios habla acerca de su apoyo y protección hacia su pueblo.
“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: no temas, yo te ayudo.” Este es el mensaje de Dios, una afirmación clara y precisa de su compromiso de estar siempre presente en nuestras vidas. No importa lo grande que sea el desafío que tengamos por delante, Dios está ahí para ayudarnos a superarlo.
El pasaje continúa diciendo: “No temas, gusano de Jacob, oh vosotros pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; y tu redentor, el Santo de Israel.” Aquí, Dios se dirige a su pueblo utilizando términos fuertes y directos para reforzar su mensaje. Él se refiere a ellos como el “gusano de Jacob”, una expresión que describe a la humanidad como una especie de serpiente inútil y nada comparado con la gloria de Dios. A pesar de estos términos duros, Dios quiere que su pueblo sepa que Él es su socorro y redentor. No hay nada que Dios no pueda hacer.
Este pasaje es un recordatorio para todos nosotros de la importancia de confiar en Dios y en su plan para nuestras vidas. Él es el creador del universo y el Todopoderoso, nada está fuera de su alcance. Esto significa que debemos confiar en Él, incluso cuando no podemos ver el camino por delante.
La vida puede ser dura y a veces nos encontramos luchando contra desafíos inmensos. Pero el mensaje de Isaías 41:13-14 es que no estamos solos, estamos alentados, sostenidos y protegidos por el amor y la gracia de Dios.
Es por eso que la fe es tan importante en nuestra vida, porque es la que nos permite confiar en su voluntad y plan para nosotros. Siempre debemos recordar que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y que tú eres una parte del mismo plan que Él tiene para este mundo.
La frase “No temas” aparece en la Biblia más de 300 veces. ¿Por qué? porque Dios sabe que el miedo es el mayor enemigo del ser humano. Cuando nos damos cuenta de que Dios está a nuestro lado, podemos superar nuestros miedos y enfrentar cualquier desafío que se nos presente.
La vida puede ser difícil e impredecible, pero Dios quiere que sepamos que Él está a nuestro lado en cada paso que damos. Él nunca nos abandonará, siempre estará ahí para guiarnos y protegernos.
Si estás pasando por un momento difícil en tu vida, toma un momento para leer Isaías 41:13-14. Medita sobre las palabras de Dios y recuerda que Él está contigo, sosteniéndote de tu mano derecha y ayudándote a enfrentar cualquier desafío que se te presente.
La Biblia es una fuente de sabiduría y poder espiritual incomparable. Isaías 41:13-14 es solo uno de los muchos pasajes que nos recuerdan la presencia de Dios en nuestras vidas.
Te animo a que tomes un tiempo para leer la Biblia cada día, y te aseguro que encontrarás consuelo, instrucción y dirección para cada situación en tu vida.
Recuerda siempre que “No temas”, porque Dios está contigo y siempre lo estará.